One more

Otra vez aquí, con la resaca del fin de semana... Un fin de semana que no sabría describir muy bien...comenzó con un día extraño, y esa fué la tónica general de todo el finde...
La verdad que comenzó bien, muy bien. Pude disfrutar de una carrera contrareloj del tiempo, mientras yo disfrutaba tranquilamente de una amena conversación y buena compañía. Tanto fué así, que cuando quise darme cuenta habían pasado 5 horas como pasa un suspiro... ni el sueño que había sentido durante todo el día, consiguió recordarme que debía regresar a casa. Fué como ponerte al día con un amigo que no ves hace años sólo que en esta ocasión, no conocía a mi amigo, extraño y conocido al mismo tiempo...
El día siguiente estuvo bien, de comida familiar y de reencuentro con viejas amistades y con mi niña sonrisa, que cada año la veo más hermosa, por dentro y por fuera.
Y el domingo conocimos al angelito, pequeñito, pequeñito...aunque no paró de dormir en todo el rato que estuvimos y pudimos disfrutar muy poco de él, aunque igualmente me alegré de ir por ver a la pequeña Antía y al Juan que cada día está más guapo.
Después un sabor agridulce, porque ya no pudimos ver a mi amor-odio, que estaba muy ocupado y era muy tarde ya para bajar a disfrutar de unos minutos de tiempo pasados... Las muñecas viejas ya no sirven para entretener el tiempo.

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