Tormenta nocturna


La noche llegó, a pesar de mis esfuerzos por detener el tiempo. Aparció más fría de lo que anticipaba el sombra-luz del dia, aunque el paso de los minutos caldeaba el ambiente hasta unos límites en que todo sobraba...
Ganas de bailar, de dejarse llevar, de olvidar por un instante la inminente llegada de la responsabilidad, ganas de aprovechar los resquicios de esa vida insana que tanto me gusta, de beberme los segundos de mi libertad ansiada.
Pero tú no estabas por la labor...el calor que se acumulaba entre las cuatro paredes, pronosticaban una terrible tormenta de verano, la cual rompería cristales, inundaría de lluvia y truenos la estancia, ocuparía todo el espacio y el tiempo, y desharía todo los sueños...
Me agotó, me dejó vacía por un segundo...un torrente lo borró todo de mi, me desarmó y me dejó exhausta.
Lloraste y pediste perdón. Lloré y perdoné.
Tras la tormenta, la calma. Esa calma que no gusta, la de demasiado silencio, la de recuerdos amargos, la de recuperarse...
Pronostico de nuevas tormentas? no tardarán...eso seguro.

Comentarios

Sombra de Luna ha dicho que…
Esa calma de detras de la tormenta puede ser como tu dices...amarga.
pero muchas veces es relajante, y dan ganas de que esa paz nunca se acabe--
un besito

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